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miércoles, 6 de agosto de 2008

Vaivenes de la Historia


Amnesia Histórica

Por Hohhenheim
Publicado también en el blog www.caminante-justiciaypaz.blogspot.com con el nombre verdadero del autor.

Olvidémonos por un momento de que nos encontramos en el año 2008, de que ha pasado ya una década en la que miles de ecuatorianos y latinoamericanos en general tuvieron que salir de sus países para intentar buscar un futuro mejor para sus familias en España, Italia y otros países europeos. Imaginémonos por un momento que aquellos que no pueden satisfacer sus necesidades mínimas, que no pueden dar de comer a sus hijos, que no tienen trabajo o que han perdido las esperanzas no somos nosotros, los pueblos pobres de Latinoamérica; sino los poderosos países europeos. Imaginémonos que españoles, italianos, alemanes, franceses tenían que salir de sus respectivos países para buscar una oportunidad en Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina, Brasil o Chile. ¿Parecería algo que no pudiera suceder en la realidad, verdad?, pues aunque no lo crean esto sí sucedió, con la diferencia de que los humildes países latinoamericanos no crearon una norma comunitaria que obligue a la expulsión de aquellos inmigrantes europeos que no tengan los papeles en regla, tampoco establecimos la “medida preventiva” de retención hasta por un año a los que no quieran salir voluntariamente, y mucho menos proporcionamos palizas, patadas o hasta la muerte a alguno de ellos.



Ubiquémonos ahora en 1936, rebeldes militares intentan realizar un golpe de estado que resulta fallido en España, se desata una Guerra Civil que dura hasta 1939 luego de la cual se consolida una dictadura militar de corte fascista en la que el General Francisco Franco dirige con mano de hierro, muertes y masacres a este país europeo. Podemos situarnos por la misma época en Italia donde el régimen totalitario de Benito Mussolini inició también persecuciones y desplazamiento de personas que huían de un estricto sistema totalitario. Ni qué decir de Alemania, en la cual una persecución inmisericorde a la población judía, en base de la idea nazi de la superioridad de la raza aria, obligó a miles de personas a huir, con el fin de evitar la ejecución en la cámara de gas. Todas estas personas que escapaban de la dura realidad europea de ese entonces vieron en Latinoamérica una oportunidad de días mejores, de encontrar el sustento para sus familias, un trabajo estable y sobretodo esperanzas.

El éxodo masivo no se hizo esperar, miles y hasta millones de europeos encontraron refugio en Chile, Argentina y Brasil sobretodo italianos; a Ecuador, Colombia llegaron sobretodo españoles. Muchos de estos inmigrantes fueron acogidos a pesar de la irregularidad de su situación, que era obvia por las características masivas del asunto.

Regresemos al 2008, muchas familias españolas, italianas, alemanas han adquirido una inmensa fortuna en el paraíso latinoamericano, algunos han formado familias y se encuentran muy felices. Es bueno recordar esta historia ahora que somos nosotros quienes necesitamos que se nos tienda una mano, porque el mundo no debe ser solo una aldea global cuando hablamos de comercio, sino también cuando se trata del respeto a la dignidad humana. El inmigrante no es un criminal al que se le deba poner camisa de fuerza, darle 7 días para que salga del país o encerrarlo por un año, es una persona que busca una oportunidad; y la caridad nos obliga a dársela.